Santuario de la Virgen del Cid, en La Iglesuela (Teruel)
La leyenda recoge que el Campeador estaba librando una batalla junto a la ermita que hoy se llama Virgen del Cid, donde se levantaba el pueblo de Torrenubes, ya abandonado. Cuando Rodrigo Díaz de Vivar estaba a punto de ser derrotado, se le apareció el apóstol Santiago, portando la cruz de San Jorge, para ayudar a los cristianos a vencer en la batalla. Desde la peña del Morrón el caballo del Apostol dió un salto que llegó hasta uno de los peirones que aún se conservan y dejó la marca de su huella (la leyenda confunde el caballo de Santiago y a Babieca, pero que más da cuando una batalla que estaba perdida se ganó por intercesión del Apóstol)
La Peña del Morrón desde el solanar de la Hospederia de La Iglesuela
El milagro enardeció a las tropas cristianas y confundió a los moros, quienes terminaron derrotados. La ayuda del Hijo del Trueno, Santiago el de Zabedeo, había resultado decisiva. De aquella hazaña se guarda sún memoria, ya que el caballo, tras el vertiginoso salto, dejó la huella grabada de su pata izquierda en una roca.
Uno de los peirones localizados en las cercanias de la Ermita de la Virgen del Cid
Fotografias joseacuenca